I was stupid for letting you go...

I was stupid for letting you go...

jueves, 31 de enero de 2013

Capítulo 4. No puedo vivir sin ti.

Narra Martha.

--No, yo...-trata de decirme ella, con cara de sorpresa al verme frente a la puerta.

Mejor dicho, trata de engañarme, de soltarme alguna estupidez, alguna mentira, cuando seguro que se ha tirado a Harry por toda la cara. No quiero oír más explicaciones sin sentido.

--¡ERES INCREÍBLE!-grito enfadada.
--¿Yo? ¿Yo soy increíble? ¿Yo me he besuqueado en sus narices cuando venía arrepentido con una flor a pedirte perdón? ¿Yo le he hecho llorar durante horas? ¿Enserio? Pensé que esa habías sido tú-dice con dureza, como ella habla la mayoría de las veces y más aún cuando se la grita, por lo que yo tan solo muerdo mi labio inferior, ya que no se qué responder.

Yo... ¿le he hecho llorar? Joder, joder, joder. No me extraña que quisiese que me alejara de él, soy lo peor, ni siquiera sé como no me nadó a la mierda antes.

--Solo...quiero hablar con él ¿vale?-digo en voz baja, mirando al suelo.
--No creo que quiera después de lo que ha visto-responde ella manteniendo la seriedad.
--Quiero pedirle perdón...

Solo intentarlo al menos, pedirle perdón y... si después de eso no quiere verme más, tan solo me alejaré como él quiere, pero... al menos debo de intentarlo.
Ella resopla antes de contestarme.

--Está arriba-responde sin más, dejándome un espacio para que pase a casa, cosa que hago de inmediato-Está muy sensible, habla con cuidado y no sueltes alguna burrada.
--Lo intentaré...
--Anda sube a reconquistarle-dice con una pequeña sonrisa, dándome un abrazo.

Mi amiga me da una sonrisa de confianza, de apoyo, eliminando cualquier rastro anterior de hostilidad y enfado. Es lo bueno de nuestras peleas, no duran ni diez minutos.
Cojo aire para tranquilizarme y medir mis palabras correctamente, antes de subir con rapidez las escaleras hasta llegar a la habitación y quedarme frente a ella. Solo es Harry, solo es Harry me repito a mí misma para que los nervios no me jueguen una mala pasada. Doy un par de toques, esperando a su respuesta, con los nervios a flor de piel.

--Pasa-oigo que dice desanimado, con voz rota por completo.

Abro despacio la puerta para ver como está con la cabeza gacha sentado sobre la cama, sin apenas mirarme, por lo que aún debe de pensar que soy Ane. Muerdo mi labio nerviosa, trago mi orgullo y me dispongo a hablar con él.

--Hola-digo simplemente.

Él alza la mirada confundido, dejándome ver sus ojos rojos de llorar, cosa que hace que mi corazón se encoja apenado y culpable, pero aunque estén rojos, se ve enfado al verme o quizás sea dolor, puede que ambas cosas.

--Oh...¿qué quieres?-pregunta algo borde, levantándose de la cama como si tal cosa.

Camina con las manos en los bolsillos hacia mí, pero quedándose a una gran distancia, sin mirarme a la cara, tan solo pasea su vista por las paredes de la habitación. Dicen que lo contrario al amor es la indiferencia, y solo de pensar que se está comportando conmigo de esta manera, cada vez tengo más claro que no le importo, al menos de esta manera.

--Lo siento-digo en apenas un hilo de voz, con voz ahogada por el nudo que siento en mi garganta.
--Acepto tus disculpas-responde rápidamente, pero sin sentimientos y sin mirarme aún a la cara-Ahora ve con tu novio-dice escupiendo las palabras.
--No es mi novio-respondo muy segura, de nuevo, mi labio inferior mordido por los nervios-Yo...estoy enamorada de otra persona...-admito-
--Bueno, pues ve con él, a mí qué más me da-dice manteniendo la dureza, pero falla fatalmente al quebrarse su voz en la última parte.

¿Eso es que está celoso? Y si está celosos es... porque en el fondo el importo ¿o no?

--¿Seguro que quieres que lo haga?-pregunto notando los latidos de mi corazón descontrolados.
--Si, corre a por él, besuquéale, haz lo que quieras, no me importa-responde en voz baja, aún sin mirarme, pero desde aquí puedo ver como una pequeña y cristalina lágrima cae de sus preciosos ojos esmeralda.

¿Quiere que vaya a por el chico que quiero? Dicho y hecho.
En dos pasos rápidos me acerco a él y antes de que pueda hacer o decir nada, me tiro a sus labios, quedando mis manos detrás de su nuca, enredándose con sus castaños rizos que tanto me gustan.
Chispas, mariposas, fuegos artificiales y hasta una estampida de rinocerontes, todo ello siento en mi estómago al sentir sus finos y delicados labios sobre los míos, a la vez que me parece flotar al sentirlo tan cerca y colarse por mi nariz su precioso aroma.

--Harry-digo en voz baja, apenas separándome de él, obligándole a que me me mire a los ojos, ya que soy lo único que tiene justamente delante-Te amo-digo del tirón sin apenas creerme que esas dos palabras hayan salido de mi boca-a ti, solo a ti, por y para siempre-añado con seguridad, ya que es lo único que realmente siento-quiero estar siempre contigo y siempre lo he querido, desde que nos conocimos, desde que eramos niños-digo en un susurro, finalizando mi pequeño discurso sobre mis sentimientos hacia él, pero éste no me responde solo me mira con fijación, clavando sus ojos en los míos y haciendo que me sienta un poco intimidada bajo su penetrante mirada-Harry dime algo por favor-le pido asustada, pero él sigue sin decirme nada-¿Harry?-pregunto confundida.

Él se separa de mí despacio, da un par de pasos a mis espaldas, aún sin una palabra por su parte.
Perfecto, absolutamente perfecto, solo... han sido películas que me he ido montando todos estos años sobre que había una pequeña posibilidad de que me pudiera querer, pero parece que no, que era solo eso, estúpidas fantasías de mi desesperada mente.
Me doy media vuelta tratando de que las lágrimas no desborden de mis ojos, dispuesta a salir por la puerta, pero algo me lo evita, más bien alguien, ya que él, mi Harry, MI Harry, coge mi muñeca y hace que me pegue a su pecho con fuerza. Me acaricia la mejilla derecha con sutileza y una pequeña sonrisa formada en su cara, antes de dejar unidos nuestros labios de nuevo, de manera corta y tierna, delicada, pero aún así especial, eso sin dudarlo.
Cuando nuestros cuerpos piden desesperadamente coger algo de aire, él se separa lentamente, dejando nuestras frentes pegadas, nuestras narices rozándose con cuidado y nuestros labios a apenas unos milímetros de distancia, llamándose para estar de nuevo juntos, ya que es así como debieron estar desde hace tiempo.

--No te vuelvas a separar de mí, nunca, por favor no puedo vivir sin ti-me susurra a modo de súplica, antes de juntar nuestros labios de manera fugaz.
--Nunca lo haré-le prometo con una sonrisa.

Sus labios se curvan en uno de sus espectaculares sonrisas, mostrando sus perlados y alineados dientes y sus adorables y perfectos hoyuelos que suelen dejarme sin respiración.
Apoyo mi cabeza en su hombro, al tiempo que sus brazos se colocan en mi espalda, rodeándome con cuidado, creando así el momento más perfecto que en la vida podría pensar de no ser porque oigo cuchicheos al otro lado de la puerta.

--¿Qué estarán haciendo?-reconozco la voz de Ane, increíblemente curiosa.
--Seguro que dándose besitos-responde adorable Nerea,. ¿Qué hace aquí?
--O cosas peores-oigo una voz más autoritaria y algo molesta.

Espera... ¿esa es mi madre? ¿Cómo ha llegado aquí? Mejor dicho, ¿por qué Ane las ha llamado para que vengan? Para qué pregunto, si la respuesta es : Para poder cotillear las cuatro juntas como marujas que son.

--No lo creo mamá, es pequeña aún-y la que faltaba mi otra hermana.

Oigo la risa baja de Harry, ya que supongo que él también las oye. Me separo de él, resoplando algo molesta porque no haya ni medio minuto de intimidad entre nosotros, y me muevo hasta la puerta, la cual abro, haciendo que ellas caigan de sopetón, unas sobre otras, como en las películas.

--Sois peor que las marujas-digo intentando parecer seria, pero no puedo evitar reír, me hace mucha gracias la escena.

Por el contrario Harry está algo sonrojado, supongo que porque nos hayan escuchado nuestras palabras algo melosas, pero bonitas al fin y al cabo, al menos para nosotros.

--No...no estábamos escuchando-se apresura a decir Ane, levantándose del suelo.
--Pero si lo hacíamos ¿no?-dice inocente mi hermana pequeña.
--No, ¡que va!a mi que me van a importar tus rolletes tontos!-exclama Natalia hasta molesta porque la acuse de tal cosa, antes de darse media vuelta y largarse de aquí como si nunca hubiera pasado nada.
--Entonces ¿Quién es tu novio?-pregunta mi madre entre confusa y cotillas.
--Él-respondo cogiendo la mano de Harry y entrelazando mis dedos con los suyos-solo él-aseguro.
--¿Y Josh?-pregunta con una ceja alzada, cuestionándome con la mirada.

Noto a Harry ponerse tenso antes ese hecho.

--Es mi amigo-respondo muy segura.
--Pero tú y él...-insiste mi madre, pero la interrumpo para no hacer sentir peor a Harry.
--Mi amigo, solo eso.

Ane me mira pidiéndome explicaciones con la mirada, pero yo tan solo las echo de la habitación con algo de dificultad. Suspiro al conseguir cerrar la puerta con ellas fuera y veo la divertida sonrisa de Hazza.

--¿Solo yo?-pregunta con una ceja alzada y una sonrisa ladeada, dando un par de pasos hasta quedarse pegado a mí.
--Solo tú-confirmo imitando su sonrisa.

De nuevo llevo mis brazos a su alto cuello y allí lo rodeo con cariño. Una mirada de inocencia y complicidad, de cariño, de una amistad que poco a poco se va extinguiendo para ser sustituida por el amor que desde un primer momento sentimos.
Sus labios rozan los míos algo indecisos y vergonzosos, lo que provoca una sonrisa divertida en mí antes de unirlos de manera increíble, como siempre debieron estar.

Capítulo 3. Solo quiero a alguien que me quiera.

Narra Ane
Está besando a un chico, a un chico que no es Harry, a un chico que yo sé que no quiero. Miro a éste, como está alucinando pero a la vez veo en sus ojos como está roto de dolor, y a punto de romper en llanto. Deja caer la rosa que había comprado y Martha vuelve a besar a ese chico, acto seguido le coge de la mano y se van. 
Escucho como, en efecto, Harry se echa a llorar de manera lastimera, pero silenciosa, como si tratara de mantenerse entero. Le abrazo con fuerza, dejando que se desahogue, sintiendo las lágrimas llegar a mi camiseta..

--Harry...yo...no lo entiendo de verdad, a ella le gustabas-explico aún confusa.

No lo aguanta más y rompe a llorar, temblando, pero no por el frío, sino por el propio dolor de ver un rechazo tan claro, aunque quizás se veía venir; si Harry la había dicho que dejaran de ser amigos, ella no iba a esperarle toda la vida, pero de ahí a liarse con otro, apenas una hora después, en toda la cara de Harry, me parece un poco fuerte, la verdad sea dicha.
Me abraza con fuerza poniendo su cabeza en mi hombro, mientras yo acaricio su espalda para que llore lo que tenga que llorar, eso es lo mejor, si se guarda las lágrimas al final acabará haciéndose daño a sí mismo.

--Gustaba...eso fue pasado, ahora la he perdido por ser un imbécil-murmura completamente roto.
--Seguro que es un malentendido Harry, yo sé que te quiere-confirmo muy segura.
--No lo creo-susurra aún acurrucado junto a mí.
--Venga ven conmigo.
Le cojo de la mano y vamos a mi casa antes de congelarnos en medio de la calle.

--¡Hey! ¿y Josh y Martha?-pregunta mi hermano, con toda la extrañeza e ingenuidad del mundo.

Ante esa pregunta noto como Harry tiembla, llevando sus manos a sus mejillas para secarse las lágrimas que de nuevo quieren salir.

--Se han tenido que ir-digo cortante-y que tus amigotes no rompan nada y no hagan mucho ruido que luego mamá y papá se enfadan.
--Vale, vale-responde alucinado, ya que estoy pagando mi enfado con él sin tener el pobre culpa de nada.

Subimos a mi cuarto en silencio. Cierro la puerta para que nadie nos moleste y me siento en la cama. Le hago un gesto para que se siente a mi lado. Él aún trata de contener las lágrimas que salen de igual manera. 
Siento como la pena y el instinto maternal me llevan y acaricio su mejilla con suavidad, tratando de apartar algunas de esas lágrimas.

--No te preocupes, todo se va ha arreglar-digo con una sonrisa, intentando animarle-ya verás como todo sale bien.
--No, no saldrá bien, se ha enamorado de otro, la he entregado a otro, se ha olvidado de mí.
--Tranquilo, verás como si sale todo bien-le abrazo con fuerza, tratando de consolarle.

Él se separa un poco de mí y se acerca lentamente a una distancia peligrosa, haciendo que su respiración entrecortada choque con la mía, nerviosa de que se me acerque tanto, dispuesto a besarme y por lo que parece consolarse a sí mismo al sentir que alguien que aún le queda alguien.

--No Harry-digo en bajo, separándome un poco de él-no me quieres a mí, no lo intentes.
--Solo...quiero a alguien que me quiera-dice entre sollozos.

Narra Martha
Llego a casa a toda velocidad, sin escuchar ni media palabra de Josh. Voy a subir las escaleras para poder estar a salvo de todo y de todos, cuando me para mi madre. La que faltaba...

--¿No habías quedado con Harry?-pregunta extrañada.
Su simple nombre me destroza por dentro, como un nudo en el estómago que va creciendo y creciendo hasta que acabará por romperme.

--No, he quedado con Josh, es mi...novio. Vamos arriba-digo antes de que pueda rechistarme.
Subo rápido las escaleras, entro a mi habitación y me tiro en la cama, él se sienta a mi lado, despacio, con la cabeza gacha, como si pensara en algo importante.

--Martha...-susurra en bajo.
--Dime-digo incorporándome y dándole un pequeño beso.
--No hagas eso, no me quieres, no somos novios...
--¿Cómo?-pregunto alucinada.
--Estás tan locamente enamorada de ese chico del pelo rizado que estaba antes frente a la casa de Javi, ¿no te das cuenta?
--¿Por qué lo piensas?-pregunto con voz quebrada.
--Porque sí, estoy seguro, ¿acaso me equivoco? Solo haces esto para olvidarte de él. Se ve en tus ojos.
--¿Cómo lo sabes?-digo encogiendo las piernas.
--Simplemente lo sé.
--Pero ya no importa, no le quiero, me dijo que me alejara de él y lo he hecho-digo con apenas un hilo de voz.
--Seguro que no lo decía enserio.
--Sí, completamente enserio.
--Pues si lo quieres lucha por él, además, si vino a verte con una rosa roja fue por algo. Seguro que te quiere y se arrepiente, ve con él.
--¿Y te dejo aquí solo? ¿Después de haberte hecho pasar por todo esto?, no te lo mereces, eres un chico fantástico.
--Tranquila, no me importa-dice con una sonrisa-yo quiero a otra chica en realidad...
--¿Si? ¿Quién es?
--Una chica rubia que siempre va con vosotras, creo que también es española, no sé como se llama, me da vergüenza preguntárselo-dice con la cabeza gacha, pasando una mano por su nuca mientras sonríe de forma adorable, con las mejillas rojas de vergüenza.
--¿Ainhoa? No tiene novio, inténtalo, seguro que lo consigues.
--¿Enserio?-dice esperanzado.
--Estoy segura de que sí-confirmo sonriente.
--Eres una buena amiga-dice antes de abrazarme con fuerza-anda corre a por tu chico-me anima.
--Antes te acompaño a casa-le respondo muy seguro.

Le acompaño a su casa dando un paseo, hablando tranquilamente, al llegar a su casa nos despedimos y yo salgo corriendo a casa de Harry, llamo a la puerta, no me abren, sigo llamando, hasta que me abre Ane ¿qué? espera ¿Ane?¿Qué hace aquí?

--¿Qué haces aquí?-pregunto alucinada.
--Eso iba a preguntarte yo a ti-responde de forma increíblemente borde, pero ella es así, ya ni me sorprende que me hable de esa forma-he venido a curarle el corazón que le has roto hace unas horas.
--¿Te lo has tirado?

miércoles, 30 de enero de 2013

Capítulo 2. Tanto que me duele.

Narra Ane.
--Dios mío Harry, se nota como la hablas, como la miras, como...la sonríes, hay que estar ciego para no verlo. Además, no lloraría por ella si no sintieras algo más fuerte.
--Es...solo..que es mi mejor amiga y...
--Está enamorado de ella.
--¡No! digo, ¡si!, no lo se...-dice desesperado pone las manos tapándose la cara-estoy hecho un lío..., ¿cómo crees puedo saberlo?-pregunta mirándome extrañado.
--Veamos...sonríes cuando estás con ella, te brillan los ojos...¿te pones nervioso si hablas con ella?
--Si, bastante, hay veces que la veo sonreír y no me salen las palabras, yo creo que pienso que soy tonto-dice nervioso.

Eso hace que ría por lo bajo, este chico no es tan estúpido como yo pensaba, es más tierno de lo que parece, eso sin duda.

--Mmm...¿sientes...?¿cómo decirlo? siempre se ha dicho que cuando estás enamorado sientes...
--¿Revoloteos en el estómago?
--¡Sí! ¡Eso mismo! ¿Los sientes?
--Tanto...que me duele...
--Aw que mono, estás muy enamorado Harry. Pero...¿Qué la has dicho para que llore y para que tú también estés así?
--Yo...solo quería aclararme y...esperar a que se me pasara esto, a dejar de sentir esto por ella y que volviéramos a ser amigos, como siempre, aunque la verdad es que siempre he sentido que no puedo ser más que su amigo y ahora...no puedo, no puedo seguir con esto...
--¿Y la has dicho que ya no sois amigos?-pregunto sorprendida.
--Pensé que...si me alejaba de ella podría olvidarla, pero solo ha sido peor, no puedo sacármela de la cabeza...
--Solo puedo decirte que hagas una cosa.

Él me mira con una ceja alzada, aún sus ojos verdes enrojecidos por las lágrimas.

--Cuéntaselo.
--No puedo ¿Y si no es correspondido?-la clara desesperación marcando su voz.

La verdad es que es frustrante ver lo ciega que es a veces la gente. Tanto por parte de él, como por la de ella.

--Inténtalo, merecerá la pena-digo con tono calmo, incluso podría decirse que dulce.
--¿Y si no me quiere?
--Si no lo intentas no lo sabrás, tírate a la piscina como se suele decir.
--¿Y si la piscina está vacía? ¿Y si me doy de bruces por lanzarme sin que esté llena?
--Pero no sabes si lo está.
--¿Y si...?-comienza a decir de nuevo, pero le interrumpo.
--¡Y SI NADA HARRY! ¡JODER QUE LO INTENTES TE DIGO!-grito levantándome de la cama de un salto, ya cabreada porque sea tan negativo.

Él se sobresalta, mirándome con los ojos bien abiertos por mi grito.

--Está bien, está bien, mañana la llamo y...
--¡NO, NO, NO! VAS AHORA A HABLAR CON ELLA! ¡ESTÁ EN MI CASA VAMOS!-digo mientras tiro de él.

Casi le tengo que llevar a rastras, es más cabezota que cualquier cosa, se queja como un niño pequeño y gimotea porque piensa que Marta no le dirá que también le ama, desde siempre.

--Por favor, no quiero, se reirá de mí...-me suplica mientras hago fuerzas para que se mueva de estar en medio de esta calle, con todo el frío que hace y el cielo amenazando lluvia de nuevo.

Paso de él, sin hacerle caso y le consigo arrastrar hacia una floristería que hay cerca.

--¿No me llevabas a tu casa?-pregunta extrañado, dejando de hacer fuerza y oponerse a que le lleve.
--Una declaración de amor sin flores o sin canción, mal, y me parece que no te da tiempo a escribir una canción de aquí a cinco minutos, así que vamos.
Compro una rosa roja, preciosa, como en las películas y se la doy a Harry, para que la lleve en la mano mientras yo tiro de él para llegar a casa.

--Vete pensando en lo que la vas a decir ¿eh? no te me quedes como un pasmarote en cuanto la veas-le advierto.
--Sí, sí...ya lo estoy pensando-murmura.
--A ver, que lo quiero oír.
--No-dice por lo bajo.
--Vamos, dime, quiero ver lo que la dices, soy su mejor amiga, sé lo que quiere y la gusta, te puedo ayudar-insisto.

Con las mejillas sonrojadas por la vergüenza me mira a los ojos, temeroso de que Marta le pueda rechazar, aunque difícil lo veo, sinceramente.

--Yo...-dice el pobre chaval cortado-yo...Martha...yo...te quiero-suelta sin más.
--Bueno, simple, pero eficaz y directo, eso sin duda. Supongo que valdrá y espero que se te ocurra algo más, porque vamos, vaya tela de declaración...

Llegamos a mi casa al fin, después de conseguir que se mueva a más velocidad y no tenga que tirar de él, parece decidido a hacerlo, por fin.
No puedo creer lo que estoy viendo...

Narra Martha
Oigo como llaman al timbre de casa. Javi baja a abrir. Oigo voces, masculinas. A los pocos minutos Javi vuelve.

--Han venido unos amigos ¿por qué no bajas con nosotros a ver una peli? Así te distraerás un rato-propone amable desde el marco de la puerta de la habitación de Ane, en la que me encuentro, sentada en la cama, esperando a que Ane vuelva y no haya matado al pobre Harry.
--Si, será mejor-digo mientras esbozo una sonrisa falsa.

Bajo sin mucha prisa, ya que no tengo ganas de hacer nada, sinceramente. Me encuentro a cuatro chicos más, mayores que yo, normalitos, ni guapos ni feos, son del barrio les conozco de vista, pero solo a tres de ellos, hay uno al que no había visto nunca, es...bastante mono; ojos negro azabache, pero sus ojos parecen...grisáceos, aunque supongo que serán verdes o azules, tampoco lo tengo muy claro, su sonrisa es totalmente...preciosa.

--Martha, estos son Dan, Jon, Sandy y Josh.

Josh...ese es el más guapo, me quedo mirándole, admirando su belleza y preguntándome cómo o porqué no le había visto antes.

--¿Martha? ¿Sigues aquí?-pregunta Javier extrañado.
--¿Eh? sí, sí-me apresuro a decir.

Nos sentamos en el sofá a ver la peli, apagan las luces, y parece que es de estas películas que no son de miedo, tan solo de sustos, pero sustos de los buenos. Josh se sienta a mi lado.
Apenas pasan dos minutos, y salgo un...algo de la nada, haciendo que pegue un bote asustada y con ello, que me pegue al chico castaño que hay junto a mí.

--Lo...siento-murmuro con total vergüenza, separándome de él con lentitud.
--No importa-responde con una cálida sonrisa.

La película sigue. Mientras, él y yo no parecemos prestar a otra cosa sino tan solo el uno al otro, con miradas espías y sonrisas involuntarias.
Me parece que el día no va a ser tan malo como pensaba, al menos de momento, supongo...

--Esta película me aburre-me susurra al oído de repente.

Me sobresalto sin quererlo. Siento como una sonrisa se extiende rozando mi oreja despacio, haciendo que me estremezca al sentir su ligero tacto.

--Y a mí, muchísimo-admito, tratando de ocultar mis nervios porque esté tan próximo a mí.

Me giro para poder hablar frente a él, encontrándome así con sus ojos castaños y esa sonrisa que ya daba por seguro que tenía. Trato de ocultar mi ligera incomodidad y mi gran nerviosismo al estar tan cerca de él.
Sin poder evitarlo, una imagen de Harry, también a esta distancia, con sus grandes ojos verdes en los míos, llega a mi mente, y de nuevo siento un nudo en mi estómago.

--¿Salimos fuera? ¿A tomar el aire?-pregunta con una sonrisa, también algo nerviosa
--Sí, claro-respondo en un susurro, mientras me levanto.

Él se levanta tras de mí, haciendo que todos nos miren, extrañados de que ambos nos levantemos.

--¿A dónde vais?-pregunta Sandy.
--Fuera un rato-responde Josh sin más.

Salimos al jardín delantero, en silencio, aunque tampoco sé que decirle. Sé que le acabo de conocer, pero...¿podría sentir algo por él? ¿así de rápido? ¿o es solo por despecho, para olvidar a Harry?
La verdad es que me da igual cuando siento como su cálida mano agarra la mía con timidez. Veo como se gira y me mira con una sonrisa tranquila. Se acerca un paso a mí, quedando su pecho prácticamente tocando el mío -más o menos, ya que él es más alto que yo-.
Me veo obligada a agachar la mirada, con el sentimiento de que estoy engañado a alguien, ¿pero a quién? Harry ha sido el que ha dicho que pase de él, no estoy haciendo daño a nadie.
Su mano libre acaricia con cuidado mi mejilla, agarrando un mechón de pelo que cae fuera de su sitio, y lo lleva a la oreja...tal y como hacía Harry.
Ya, deja de pensar en Harry. Él no quiere nada de ti me regaño mentalmente. Pero las cosas no van tan rápido. No se olvida tan rápido a alguien. No se olvida tan rápido a la persona que tiene tu corazón de la manera más completa jamás imaginada.Pero me tengo que obligar, me tengo que obligar a olvidarle en unas horas. Es lo correcto. Es lo que siempre debió ser.

--Te sonará extraño pero-habla pasando una mano por mi mejilla-yo creo que...

Cojo aire. Aparto esos ojos verdes que no dejan de mirarme en mi mente con clara desaprobación. Me acerco a él un poco más, prácticamente pegada a él-

--No estoy seguro pero ¿podría...-dice cada vez más en bajo mientras siento como agacha su cabeza hacia mí.
--Hazlo-susurro sin evitar que mi voz tiemble.

Doy por hecho que él toma mi nerviosismo como muestra de cariño hacia él, aunque es solo de culpabilidad por lo que voy a hacer.
Me hago un nudo en el corazón y me pongo de puntillas para alcanzar mejor. Sus labios llegan a los míos con un suave roce, sintiéndose cálidos sobre los míos. Y...y ya está. No hay más. No hay chispa. No hay amor. No hay Harry. Pero es lo que tengo que querer, porque al menos él me sacará de la cabeza a Harry.
No pienso en que apenas le conozco. En que no sé ni siquiera su edad, si es de aquí, lo que hace en su vida. No sé nada de él, pero me aferro a este beso como si fuera lo único que pudiera hacer.
Para cuando me separo, él me mira con una pequeña sonrisa, que la verdad no sé cómo interpretar. Dejo salir un suspiro, convenciéndome a mí misma de que esto es lo que necesito, lo que está bien, lo que me hará olvidar, cuando escucho un sonido parecido a un sollozo.
Me giro para ver a las dos personas que nunca pensé que vería: mis dos mejores amigos.
El sollozo proviene de Harry, ya que es de él de quien salen lágrimas por algún motivo que no comprendo, pero que tampoco me importa, no cuando siento la impotencia y el dolor de verle frente a mí.
A su lado se encuentra Ane, con una cara de "¿Qué coño haces?" que también ignoro, para poder poner los ojos en el chico castaño que frunce el ceño confuso al ver a la extraña pareja ahí de pie, a escasos metros de nosotros.
Veo como una flor cae de la mano de Harry hasta llegar al suelo, provocándome un pinchazo que remedio juntando mis labios con los de Josh de una manera quizñás demasiado brusca. Él me corresponde con algo de extrañeza.
Antes de que nadie pueda decir nada, agarro la mano de Josh y tiro de él por la calle opuesta a la que se encuentran Harry y Ane. No sin antes ver, como él se abraza a ella, escondiendo su cara en el cuello de la chica. Ésta acaricia su espalda y parece susurrarle algo que no llego a comprender.
Está claro que no tiene sentido alguno nada de lo que me rodea, empezando porque Ane y Harry de repente se lleven bien y acabando porque Josh no diga una palabra acerca de a donde vamos.

lunes, 28 de enero de 2013

Capítulo 1. ¿Cómo se han enterado?

Narra Martha.
Me arreglo y salgo de casa. Me dirijo a la panadería lo más rápido que puedo porque necesito verle, estar con él, aunque él a mí no me vea de la misma forma, y para él tan solo sea una amiga. Le veo a lo lejos, con sus rizos castaños desordenados, cayendo de forma adorable en torno a su preciosa cara, en la que sus grandes ojos verdes relucen como esmeraldas a pesar de que esté nublado, como es normal en Londres. Salgo corriendo hacia él, con una gran sonrisa en mi rostro.

--¡HARRY!-grito mientras salto sobre su espalda.
--Hola-responde con voz extraña, casi fría.
--¿Qué te pasa?-pregunto bajándome de su espalda.
--Nada.
--Venga Hazza cuéntame, siempre me lo has contado todo, somos amigos.
--Ese es el problema.
--¿Problema?-pregunto totalmente perdida.
--Si, no quiero volver a verte, quiero que te alejes de mí, no vuelvas a hablarme, no quiero que seas ya mi mejor amiga, nunca más.

Se da la vuelta como si nada y se va.
No puedo creer lo que me acaba de decir, es...imposible. No quiero que se vaya de mi lado, le necesito, no puedo vivir sin él. Noto como las lágrimas corren por mis mejillas, para colmo empieza a llover.
Mi mundo se desmorona por completo, estar junto a él es lo único que me importa, estar con él, sonreír con él, divertirme con él, salir de fiesta o simplemente a dar una vuelta, solo necesito que él me sonría, para que yo sea completamente feliz, pero ahora...no volverá a sonreír ni a estar conmigo, ni aunque se lo suplique...
Después de unos minutos parada en medio de la calle mientras la lluvia me cala hasta los huesos. Alguien pone una chaqueta sobre mis hombros, me doy la vuelta, esperanzada con que sea Harry, pero es Javier, Javi, el hermano de Ane.

--¿Qué haces aquí en medio?-pregunta extrañado.
--Nada-digo mientras sigo llorando.
--¡Eh! ¿Qué pasa?-dice dándome un abrazo.
--No es nada.
--Espera, ven conmigo y hablas con mi hermana, creo que habla de estas cosas mejor que yo-dice antes de poner un brazo por encima de mis hombros.


Vamos andando hasta su casa, lentamente sin ninguna prisa, mientras la lluvia nos empapa, aunque sin Harry, no me importa absolutamente nada el qué me ocurra, por mí que me atropellara un coche ahora mismo, no sé qué hacer sin Hazza, él es absoluta y totalmente todo, mi vida, mi aire, mi felicidad, todo...


--¡ANE! ¡BAJA! ¡CORRE!-grita Javi desde la entrada.
--¡JODER! ¡QUE PUTO PESADO ERES HIJO MÍO!-grita la otra en respuesta bajando las escaleras-¡Ah! Hola Marthi, ¿qué pasa? Estás empapada.

Mi respuesta es llorar, ya que no puedo hacer otra cosa, no siento nada más que tristeza al no estar con él...
--Oye, oye, oye ¿Qué te pasa?-pregunta antes de darme un fuerte abrazo.
--Harry...-intento explicarla pero me interrumpe.
--¡Oh! La única palabra que necesitaba oír-dice mientras va a la entrada y coge su chaqueta.
--¿A dónde vas?-pregunta Javi.
--A cruzarle la cara al imbécil ese, que ya va siendo hora de que alguien lo haga.

No da tiempo a que la responda. Sale de casa dando un portazo.

Narra Ane

Salgo cabreada de casa. Ese chaval tiene una guantazo en la cara bien dado, ¿hacerle llorar a mi pequeña? se lo ha ganado.
Es que es totalmente imbécil, enserio, ella siempre con él, apoyándole hasta en las cosas más estúpidas, solo porque le quiere por completo, mientras él no se da cuenta, porque es TONTO con todas las letras, ¿Cómo no se da cuenta? si ella solo está como tonta tras de él, no se la cae la baba por poco.
Cruzo la calle y ando un par de casas más hasta llegar a la del "chulo playa" como suelo llamarle yo, llamo enfadada a la puerta con el puño cerrado, abren al poco tiempo.

--¿¡PERO QUE PROBLEMA MENTAL TIE...?!-comienzo a gritar, pero me callo al ver que Harry está llorando.

No solo eso, tiene los ojos rojos e hinchados como si hubiera llorado durante mucho tiempo, eso hace que se me quite el enfado, no puedo ver a nadie llorar, por muy idiota que sea este chico.

--Oye ¿qué te ocurre? ¿por qué lloras?-pregunto preocupada.
--No me ocurre nada, no estoy llorando-dice pasando una mano por su mejilla-¿qué quieres?-dice borde.
--Venía a partirte la geta, pero no me gusta ver llorar a la gente y menos a un pequeñajo.
--¿Pequeñajo?-pregunta extrañado.
--Soy dos años mayor que tú, así que eres un pequeñajo, ahora dime que te pasa.

Sé perfectamente lo que le pasa; ella llora porque él la habrá dicho algo, él llora porque le duele haberla hecho daño. Conclusión: ambos se gustan, está más que claro. Vaya par de idiotas que son los dos.

--No es nada, ¿vale?
Me va a cerrar la puerta en las narices cuando le interrumpo.

--Es por Martha-digo haciendo que se detenga y deje un poco abierta la puerta-es por ella, ¿cierto?
--¿Qué te hace pensar eso?
--No me lo cuentes si no quieres, pero podría ayudarte, y ten por seguro que no se lo mencionaría

Me doy la vuelta para irme a casa.

--¡SÍ, SÍ ES POR ELLA!-me grita.


¡Lo sabía!-pienso con sonrisa vencedora.

--Lo sé-digo dándome la vuelta.
--¿Lo sabías?-pregunta sorprendido.
--Todos lo saben, todos...menos ella.

Me invita a pasar a su casa de forma silenciosa. Como un caballero me ayuda a quitarme la chaqueta y la deja apoyada en el mueble de la entrada. Sube despacio las escaleras hacia el piso de arriba y yo tras él, aún en este silencio, que no nos abandona, ya que no somos amigos, ni siquiera nos llevamos bien, pero por alguna razón me da lástima que esté así, quizás porque tiene cara de niño adorable, con esos hoyuelos y esa sonrisa de niño bueno, aunque ahora no haya rastro de ella y tan solo haya dolor en su cara. Se sienta en la cama despacio, con la cabeza gacha, esperando a que le acompañe para poder conversar de alguna forma. Me siento junto a él, esperando a que me diga algo, ya que no sé qué decirle, ni como, somos prácticamente desconocidos. Todo silencio hasta que él suelta sin más:

--¿Y cómo se han enterado?

Sinopsis. Todo tiene un principio.

Soy Martha, y esta es mi historia. Puede parecer una historia normal y corriente, una simple chica de dieciséis años que nació en Madrid, España.
Pero nunca nada es lo que parece ser.
Tengo una familia normal, sin problemas, unos padres normales y corrientes, aunque tampoco eso puede considerarse verdad. Mi enrevesada historia podría decirse que comenzó en el momento en que nací, pero eso...llegará más tarde.
La historia principal comenzó hace ocho años; me mudé a un pequeño pueblo de Inglaterra, Holmes Chapel, ya que a mi hermana mayor, Natalia, le concedieron una beca para venir a estudiar aquí. Yo siempre quise venir, desde pequeña, ¿por alguna razón en especial? sí, una corazonada, pero también es un parte de la historia que se explicará más tarde.
Toda la familia acabó en aquel lugar, incluidos mis padres y mi hermana pequeña, Nerea.
Aquí conocí a mi mejor amiga, y sismance, Ane. La conocí de forma...digamos que... curiosa. Cuando tenía diez años estaba en casa con unas amigas (las típicas inglesitas, estiradas, de esas que toman el té, pero estas encima más falsas que un duro de cartón) jugábamos tan tranquilas cuando oímos unos gritos fuera de casa, me asomé y vi a una chica, algo mayor que yo, gritando a un chico más o menos de mi edad.

--"¿¡ERES IMBÉCIL O QUE COÑO TE PASA?!"-gritaba la chica, ¡en español! Menos mal, no es otra inglesa aburrida pensé en ese momento.

Desde entonces nos hicimos amigas, ahora somos las mejores.
Aquí también le conocí, a él, Harry, Harry Styles, también es mi mejor amigo (aunque Ane y él se lleven como perros y gatos) el caso es que siempre me atrajo un poco, pero creo que a todo el mundo le atrae de una manera muy poco normal. De esto que le miras y piensas "No puede ser real", pero bueno, sí que es real. Su época preadolescente lo confirma, ya que no hay nadie que sea atractivo en esos dos terrible años, aunque ni por esas dejó de interesarme.
Creo que todo el mundo se veía venir que acabaría muy pero que muy pillada de él, al fin y al cabo, es lo que menos puede ocurrir si alguien tan increíble como él, es tu mejor amigo.
La duda de admitirle lo que me pasa con él siempre me ha aterrado. Ya sabes, las típicas preguntas ¿Y si me dice que no? ¿Y si se ríe de mi? ¿Y si no quiero que volvamos a hablar? y bueno, eso es lo que hace que me mantenga callada.
Pero todo cambia con una llamada, su llamada, en la que dice con tono serio "Tenemos que hablar" antes de cortar y dejarme mirando pasmada, con la pregunta en mis labios: ¿qué ocurre?
Esta primera pregunta es la que da comienzo a lo que me ocurrió, ocurre y ocurrirá.


------------------------------
Novela en proceso de ser corregida.