I was stupid for letting you go...

I was stupid for letting you go...

viernes, 15 de marzo de 2013

Capítulo 16. Enamorarse es para estúpidos.

Narra Martha.
Él me mira con ojos rotos y llorosos, hinchados y enrojecidos por el tiempo que debe de estar llorando, mientras que de su pelo siguen cayendo pequeñas gotas de café al felpudo de mi casa.
Su respiración es entrecortada mientras agacha la cabeza. Desde este ángulo puedo ver como muerde su labio inferior tratando de contener sus lágrimas y relajar su respiración, aunque no parece conseguirlo, por lo que simplemente me responde con voz ronca y rasgada.

--Me odia.

Me le quedo mirando perpleja por unos segundos, ya que no encuentro ser humano en este mundo que pueda hacerle llorar de esta manera, y mucho menos decirle que le odias, aunque bueno, si es que dejamos a los haters de lado, obviamente, ya que esas personas sin vida no hacen otra cosa que repartir odio a gente que no lo merece.

--¿Qué te ha pasado? ¿Quién te odia?-pregunto confundida.
--L-la he besado... Ha sido un accidente, n-no quería... bueno...sí quería pero no de esa forma, simplemente ocurrió-balbucea de manera poco comprensible, pero por lo que entiendo me parece que la culpable no es otra que mi mejor amiga, aunque tampoco le veo sentido, ya que ella técnicamente no lo odia realmente... creo
--¿Ane?-pregunto, esta vez con sorpresa, a lo que el pobre chico asiente lentamente y con la mirada aún puesta en el suelo-¿Y lo del café?
--M-me lo ha tirado encima...-admite en voz rota y dolida, más por el significado que porque le moleste realmente-Me odia, mucho-añade en un susurro, más como si hablara consigo mismo que conmigo.

Me quedo quieta en mi sitio, con los ojos abiertos como platos por la sorpresa y mirando al chico que tengo gimoteando delante de mí, mientras que recopilo la información que me acaba de dar, tratando de ordenarla y buscarle una respuesta que pueda darle. Niall ha besado a Ane, ¿por accidente? bueno, no sé cómo se besa por accidente, pero... ella le ha tirado un café encima. A Niall. Al ser más dulce e inocente de este mundo.
Como única respuesta llegada a mi mente después de todo el procesamiento, y por fin dándome cuenta de lo que ella le ha hecho, un grito alucinado y realmente enfadado consigo salir de mis cuerdas vocales.

--¿¡TE HA TIRADO EL CAFÉ?!

Sus tristes y azules ojos se clavan en los míos, viéndose aún más grandes que de costumbre solo por esas cristalinas lágrimas que siguen saliendo de ellos mientras solo me mira y al tiempo asiente lentamente con la cabeza.
Siento el cabreo crecer dentro de mí, solo porque a mi amiga se le haya ido la olla y le haya hecho algo tan cruel al pobre chico, quien simplemente se abraza a mí con fuerza, escondiendo su cara en el hueco entre mi cuello y mi hombro, notando así como sus sollozos se agravan y su cuerpo tiembla violentamente por el llanto, haciendo así que me tenga que tragar el enfado y no explotar despotricando contra ella para poder consolar a mi, también amigo, Niall

--Me odia, me odia...-consigo entenderle entre sollozos y balbuceos.
--No te odia, créeme, solo es...extraña en con los chicos-excuso a mi amiga, y solo por eso; porque es mi amiga.
Previendo que esto va a ir para largo, decido apartarme un poco del rubio para mirarle a los ojos con una débil sonrisa que él no parece ser capaz de corresponder, por lo que simplemente agacha la cabeza.

--Ven, vamos a arriba-digo en voz tranquila, colocando mi mano en su hombro con ternura.

Sin una respuesta verbal por su parte, subimos hasta mi cuarto, donde le invito a que se siente donde elija, acabando así ambos en el borde de mi cama.
Él aún se ve dolido y las lágrimas aún saliendo de sus ojos no es que ayuden a pensar lo contrario, pero por lo menos parece que su sofoco ya ha pasado, ya que su cuerpo ha dejado de temblar y parece poder respirar mejor.

--Por favor, no llores más-digo aún con ese enfado en la boca del estómago, el cual trato de dejar dentro de mí por lo menos hasta que Niall se vaya-cuéntame qué es lo que ha pasado-añado acariciando su mejilla con cuidado, llevándome algunas lágrimas con el gesto.
--Un-unas chicas me perseguían-comienza a decir, aún con voz gangosa y tartamuda-me-me la encontré en el parque y-y la dije que me escondiera-añade, esta vez secándose las lágrimas con sus propias manos, por lo que le tiendo un pañuelo que él acepta y que usa para quitar las lágrimas de sus mejillas antes de seguir con la historia-La senté sobre mis piernas, sin ninguna clase de mala intención, ni siquiera la estaba tocando mucho, solo... ella estaba subida sobre mis piernas, y...nos acercamos demasiado, así que...nos besamos-habla cada veza más bajo, jugueteando con el pañuelo de papel entre sus dedos.

Sus mejillas se han tornado rojizas y aunque parezca estar aún dolido, creo que puedo ver el comienzo de una sonrisa en sus labios, tal vez solo de recordar lo ocurrido, aunque no acabara bien.
Parece que ella realmente le gusta, y con lo dura que es ella... lo lleva bastante jodido el pobrecillo.

--Nos besamos...-añade perdido en sus pensamientos antes de seguir-sin querer-añade algo nervioso, esta vez mirándome, como si él fuera "culpable" de ese beso-Ella...me gritó-rápidamente su voz cambia al dolor de nuevo, otra vez con la mirada fija en sus manos-me tiró el café y...se fue enfadada.

Él está aquí, roto de dolor y al mismo tiempo algo ilusionado por un beso, por un pequeño beso que se han dado, y que para él parece ser lo más fantástico del mundo, lo más increíble, parece que es todo lo que podría haber pedido, ¿y ella qué hace? lo grita, le tira el café y se va cabreada.
Simplemente no puedo dejar encerrado más el enfado que crece en mi estómago, por lo que me apresuro a salir de la habitación para que no le explote al pobre Niall.

--¿Puedes disculparme un segundo?-pregunto en un siseo que dejo salir entre mis dientes apretados.

Él asiente con la cabeza y algo confundido, pero no parece tomarle mucha importancia, ya que vuelve a sus asuntos de juguetear con el pañuelo de papel.
Bajo a la cocina dando pisotones y marco con rapidez su número de teléfono, pensando en todo lo gilipollas que puede llegar a ser mi amiga y en lo poco que se da cuenta de que Niall realmente la quiere, aunque para mi sorpresa no es una simple discusión, es la discusión que parece provocar que ella misma admita cuál es su problema con lo que ha pasado, y al mismo tiempo que me dé cuenta en porqué de su rechazo a toda la existencia humana de género masculino que la pide salir: alguien la hizo daño, ¿un novio? Tiene toda la pinta, pero a mí nunca me lo ha contado, nunca lo ha mencionado ni lo ha dejado pasar, todo este tiempo ha sido como si para ella no hubiera ocurrido o no hubiera dejado que nadie lo supiera solo... por no parecer tal vez una sentimental o simplemente por parecer humana, por tener sentimientos. Sí, eso es algo que concuerda de manera tan absoluta que ahora hasta me siento mal por haberla gritado.

--¿Todo va bien?-pregunta alguien a mis espaldas, lo cual me hace dar la vuelta para ver a Niall aún con aspecto dolido, y puede que un par de lágrimas por sus mejillas, pero lo que predomina en su rostro es la extrañeza-He oído gritos ¿pasa algo?.

Me paro un momento a pensar en si contárselo a Niall sería la solución correcta, ya que él podría hacerla olvidar a aquel que tanto daño la hizo, pero está claro que si no me lo ha contado a mí, no va a querer que él lo sepa y puede que si Niall lo supiera solo le causaría más daño y puede que vergüenza, por lo que decido soltar una pequeña mentira.

--No... nada, no te preocupes-contesto tratando de sonar lo más convincente posible.
--Yo... creo que voy a pedirla disculpas-admite en un suspiro mirando hacia el suelo.
--¿Tú?-la alucinación clara en mi pregunta-¿Por qué? Ha sido ella la que te ha tratado mal-digo muy segura.
--No lo sé-admite acariciando la parte trasera de su cuello-algo me dice que la tengo que ver, quizá necesite alguien con quien hablar, aunque puede que ese no sea yo, pero... supongo que debo ir, solo por si acaso.
--Está bien, como quieras-admito sin poder evitar una débil y triste sonrisa hacia el rubio, solo al ver todo lo que ella le importa-Te acompaño-propongo con intenciones de coger una chaqueta para salir a la calle.
--No hace falta, no te preocupes-dice muy seguro-Pero... gracias-añade en voz algo más baja.
--¿Gracias?-pregunto totalmente perdida.
--Gracias por todo-admite-por consolarme, por ser mi amiga por...hacer que ella entre en mi vida a pesar de que no me quiera. Gracias.

No puedo evitar mirarle perpleja por un segundo antes de analizar las palabras y darme cuenta de que este chico tiene el cielo ganado solo por intentar que Ane le quiera, aunque no creo que sea muy difícil de conseguir; él es como uno de los chicos más cerca de la perfección que hay, de eso estoy segura, y si ella consigue vencer a todos los fantasmas de su pasado -y controlar un poco su malgenio- estoy segura de que podrían ser felices juntos.

--De nada Nialler-digo finalmente con una sonrisa.

Le doy un fuerte abrazo que él me corresponde, antes de denuevo darme las gracias e irse por la puerta con rapidez, aún con café sobre él, pero eso no parece ser lo más importante para él, sino que ahí hay una chica que realmente le necesita, o al menos eso es lo que piensa él.
Yo solo espero que no se equivoque en su predicción y que no acabe peor parado y vuelva a mi casa llorando otra vez.

Narra Ane.
Siento como si algo cayera por mis mejillas, algo extraño, cálido y húmedo, que baja de manera lenta. Me llevo la mano a mi propia cara para ver que lo único que hay son pequeñas lágrimas, y con ello que la rabia vuelva a mí.
Me niegop, me niego una y mil veces a seguir llorando por él después de todo el tiempo que ha pasado. Ya no le importo, ya todo le da igual, yo le doy igual, solo me utilizó y luego nada, y lo sé, sé todo eso, estoy más que segura de que a mí también me da igual todo lo que me hizo, me hizo aprender de una manera dura que no debo confiar ni querer en nadie, y la lección la tengo bien aprendida, entonces ¿por qué lloro?

--A lo mejor no lloras por él-habla una parte de mi mente.
--¿Por qué lo hago entonces?-me pregunto totalmente confundida.
--Por haber tratado mal a alguien que no lo merecía y que quieres más que a Adam.
--No quiero a nadie-respondo casi con burla a mi propia conciencia.
--¿Segura?-parece retarme, también con sorna e ironía, como si se riera de mí.
--Completamente-aseguro con orgullo.
--Los rubios siempre fueron tu debilidad...

Entonces me doy cuenta de lo que mi mente trata de hacer; quyiere que admita que todo esto es por Niall, que lloro por él, que él me importa, que me gusta, que... le quiero...
Menuda gilipollez, eso no es cierto, ¿cómo me va a gustar él? Si no tiene nada, no tiene nada de especial... salvando sus profundos y claros ojos azules o... su sonrisa de dientes desordenados, o su risa ruidosa, o su amabilidad, o su alegría, o su profundo interés por salir conmigo... pero... eso no es nadsa, a mí no me importa, ni siquiera me afecta.

--¿Niall?-me pregunto solo por confirmar.
--Lo has dicho tú, yo no-me responde con diversión-además no es el único rubio que conoces ¿por qué has pensado en él el primero?
--Si no fueras mi conciencia te detestaría ¡Deja de liarme!
--Admite que le quieres-continúa con su insistencia.
--No es verdad.
--Te has enamorado ¿tanto te cuesta admitirlo?
--No lo estoy, yo no me enamoro, eso es para estúpidos.
--Entonces tienes menos cerebro del que parece.

Entonces un toque en mi puerta hace que todos esos pensamientos se esfumen, al tiempo que limpio mis mejillas con rapidez y trato de normalizar mi voz y mi respiración antes de hablar.
--¿Quién es?-pregunto con clara mala gana.
--Alguien ha venido a verte-la voz de mi madre responde al otro lado.
--No quiero ver a nadie ahora-espeto malhumorada.
--Insiste en hablar contigo-dice con una diversión que yo no veo por ninguna parte.
--Está bien-admito en un resoplo.

Apostaría lo que fuera a que es Martha, solo por confirmar lo que la he gritado por el teléfono, ya que es la primera vez que le he admitido algo así, mucho más a gritos, pero me da igual, no conseguirá sacarme nada de información, nadie lo conseguirá, será algo que me lleve a la tumba por lo menos.
Escucho la puerta abrirse lentamente con un pequeño chirrido y acto seguido cerrarse, pero dado que estoy dada la vuelta no puedo ver a mi amiga ponerme mala cara por todo lo que le he hecho al pobre Niall.

--No quiero hablar con nadie ahora ¿vale?-mascullo sin más.
--Lo siento-una dulce pero también rota voz se disculpa conmigo.
Me giro de inmediato al darme cuenta de que no es Martha, ni mucho menos, es tan solo... él. Está aquí, con el pelo y la ropa aún llenos de café, rebosando ternura y lástima al tiempo que esa amabilidad y dulzura que parecen ir ligadas a su ser. Alza su mirada del suelo, algo vergonzoso, hasta encontrar mis ojos, provocando que sienta mi garganta secarse y mi corazón latir tan rápido que siento como se me va a salir del pecho.
--Admite que con Adam tu corazón no se revolucionaba-vuelve a hablar la parte trastornada de mi cabeza, con clara burla y autosuficiencia.
--Cállate-le ordeno.

--¿Tú lo sientes?-pregunto confundida sin dejar de mirar al chico que hay de pie frente a mí-¿Por qué?-pregunto de nuevo, acariciando mis mejillas para asegurarme de que no queda ninguna estúpida lágrima.
--Por haberte besado...-admite algo confuso, pero no parece que por lo que diga, sino por lo que ve-Estás...¿llorando?-pregunta acercándose a mí un par de pasos.
--¿Qué?-mi pregunta suena cabreada por completo-Yo no lloro-aseguro.
--¿Te encuentras bien?-la preocupación clara en su voz mientras camina hasta quedarse prácticxamente frente a mí.
--Perfectamente-mascullo sin poder evitar que salgan un par de lágrimas de mis ojos de nuevo, solo que en vez de ser de dolor o tristeza son de rabia, pero de igual manera tan solo aparto la mirada de él.

Lo que provoca mis lágrimas esta vez es la rabia, la rabia que me da todo esto, la rabia que me da sentir que he vuelto a caer, que me he vuelto a tropezar con la misma piedra, y la misma piedra, aunque nunca lo vaya a admitir en voz alta, es el amor. Realmente me he enamorado de este chico, de este chico de ojos azules y pelo rubio teñido, de sus dientes torcidos y su sonrisa tan brillante, de su actitud y puede que hasta de su interés hacia mí. Me he vuelto a enamorar y me niego a ello, porque no quierop volver al dolor. No quiero volver a prendarme de unas palabras bonitas de un imbécil cualquiera y luego acabar destrozada, rota en millones e pedazos que nadie puede reparar. No quiero volver a ello, y no lo quiero permitir, pero muchas veces lo que uno quiere y lo que realmente pasa son cosas muy distintas.

--¿Qué haces aquí?-pregunto relajando mi rabia de golpe al ver que no puedo lidiar más con esto, no puedo hacerle frente ni a él ni al amor-Soy la peor persona que existe y la más estúpida también, no merezco que alguien tan bueno como tú se disculpe cuando todo ha sido por mi culpa-admito sonando más penosa de lo que en la vida me hubiera gustado.
--Algo me dijo que necesitabas un abrazo-confirma antes de sentarse a mi lado en la cama con mucho cuidado-y dudo mucho que seas la peor persona del mundo-confirma sonrientes, provocando que de nuevo mi corazón se dispare-¿Me equivoco con lo del abrazo?-pregunta con ambas cejas alzadas.

No puedo evitar negar con la cabeza, aunque quiera hacerlo, aunque quiera evitarlo, no puedo, simplemente no me puedo negar a la protección de sus brazos y a lo bien que me puede llegar a hacer sentir solo con mostrarme su cariño y su amor hacia mi.
Él se acerca muy despacio por precaución a mí, y me envuelve en sus cálidos brazos, haciéndome sentir pequeña y frágil, pero al mismo tiempo protegida y segura de que nada malo me ocurrirá, y con ello que simplemente me deje romper lo poco que queda construído en mí y deje a las lágrimas salir, porque si no se derrumba absolutamente todo, no se puede comenzar a construir de nuevo, y puede que realmente sí que necesite a Niall y que sea él quien me ayude a construir todo de nuevo.
Acomodo mi cara en su pecho, notando el olor a café, y simplemente rezo porque él no vaya a hacerme daño y a romperme más aún si cabe.

--No llores-dice con voz tranquila y melosa mientras levanta mi cara con cuidado de su pecho, antes de limpiarme las lágrimas con sus dedos pulgares-las princesas no lloran-dice muy seguro mientras esboza una gran sonrisa.

No puedo evitar soltar una sonrisa irónica antes de negar con la cabeza y responder a sus bonitas pero utópicas palabras.

--No soy una princesa, soy todo lo contrario-contesto tratando de normalizar mi voz.
--No digas eso, además seguro que lloras por algo que tiene solución-dice muy seguro acariciando mi mejilla con el dorso de su mano, haciéndome sentir mejor de lo que quizás debería.

Me paro a pensarlo detenidamente. Acabo de decir que nunca le contaría lo que me ocurrió a nadie, y mucho menos a alguien a quien apenas conozco, pero... me inspira una confianza que no sabía que podía llegar a sentir por alguien como él, por lo que tan solo suspiro cerrando los ojos momentáneamente, preparándome mentalmente para afrontar esto y sincerarme con él por alguna razón que no sé si en algún momento de la vida comprenderé, pero de igual manera le cuento tratando de no echarme a llorar, todo lo que me ocurrió con Adam, todo lo que quizás me ha hecho ser como soy en relación a los hombres.
Para cuando termino de contarle todo lo ocurrido seco algunas lágrimas desperdigadas que caen por mis mejillas y le miro, esperando a que diga algo, pero solo se mantiene con la boca abierta y los ojos de la misma manera, parece que no se cree lo que pueden llegar a dañar a una persona.

--Todos sois iguales...-murmuro jugueteando con mis dedos tratando de no parecerme tan incómoda como me siento.
--No es cierto, yo nunca haría eso, es de cobardes-confirma muy seguro y puede que hasta algo cabreado.
--No sabes-hablo mientras paso un mechón de mi pelo detrás de mi oreja, aún con la vista puesta en mi cama-lo que es enamorarse de una persona que no siente lo mismo...
--Sí lo sé-responde seguro y roto a la vez, lo cual me hace alzar la mirada hasta la suya para poder ver esos ojos azules tan increíbles, ahora llorosos y dolidos antes de apartar la mirada y ser él quien mire hacia la cama-Por supuesto que lo sé...

No hay comentarios:

Publicar un comentario